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La policia española la mejor del mundo

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Uniforme de la policía española

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El Cuerpo Nacional de Policía (español: Cuerpo Nacional de Policía, CNP; [ˈkweɾpo naθjoˈnal de poliˈθi.a]; también conocido simplemente como Policía Nacional, Policía Nacional)[2] es el cuerpo nacional de policía civil de España. El CNP se encarga principalmente de la vigilancia de las zonas urbanas, mientras que la vigilancia de las zonas rurales es generalmente responsabilidad de la Guardia Civil, la gendarmería española. El CNP actúa bajo la autoridad del Ministerio del Interior español. Se ocupa principalmente de la investigación criminal, la justicia, el terrorismo y la inmigración. Las competencias del Cuerpo Nacional de Policía varían según las comunidades autónomas. Por ejemplo, la Ertzaintza en el País Vasco y los Mossos d’Esquadra en Cataluña son los principales organismos policiales. En Navarra comparten algunas funciones con la Policía Foral (Foruzaingoa).

La brutalidad policial española

El mando supremo de la Policía Nacional española lo ostenta el Ministro del Interior, a través de la figura del Secretario de Estado de Seguridad. El mando directo lo ejerce la Dirección General de la Policía, bajo la autoridad de dicho Secretario de Estado de Seguridad.
La Policía Nacional española es un instituto armado, de carácter civil, que presenta una estructura jerarquizada y tiene como misión proteger el libre ejercicio de los derechos y libertades de los ciudadanos y garantizar su seguridad. Su ámbito de actuación es todo el territorio nacional.

Cómo se llama la policía española

Panorama policial: Dos instituciones, ambas dependientes de una misma Dirección General, son las encargadas de la vigilancia policial en España: la Policía Nacional, un cuerpo civil que opera sobre todo en zonas urbanas, y la Guardia Civil, un organismo policial de carácter militar. Ambos dependen del Ministerio del Interior. Las comunidades autónomas, como el País Vasco (Ertzaintza), Cataluña (Mossos d’Esquadra) y Navarra (Policía Foral), han creado sus propios cuerpos policiales, que dependen de sus propios gobiernos autonómicos, están desplegados y tienen competencias de seguridad pública sólo en el ámbito geográfico de la comunidad autónoma. La mayoría de los municipios también tienen su propia policía local, cuyas funciones principales están relacionadas con el tráfico urbano, los pequeños delitos y las pequeñas alteraciones de la seguridad pública. También existe una pequeña agencia de seguridad dentro del Ministerio de Hacienda, que se llama Vigilancia Aduanera, que se ocupa de cuestiones aduaneras y de contrabando.
La Policía Nacional española es un organismo civil armado gestionado por la Dirección General de la Policía y la Guardia Civil, que depende de la Secretaría de Estado de Seguridad del Ministerio del Interior. Actúa en todas las capitales de las cincuenta provincias españolas, así como en otras designadas por el Gobierno nacional.

Sistema policial en españa

A nivel local, todos los organismos encargados de hacer cumplir la ley colaboran estrechamente y, en asuntos graves, suelen estar bajo la dirección de un juez de instrucción. La política operativa y las grandes intervenciones se coordinan a nivel nacional bajo la dirección del Ministerio del Interior.
Los reyes medievales de León, Castilla y Aragón eran a menudo incapaces de mantener la paz pública, por lo que en el siglo XII empezaron a surgir ligas municipales de protección contra los bandidos y otros delincuentes rurales, así como contra la nobleza sin ley o movilizada para apoyar a un pretendiente a la corona. Estas organizaciones eran temporales a título individual, pero se convirtieron en un elemento fijo de España durante mucho tiempo[1].
El primer caso registrado de formación de una hermandad se produjo cuando las ciudades y el campesinado del norte se unieron para vigilar el camino de Santiago de Compostela en Galicia y proteger a los peregrinos, una importante fuente de ingresos regional, contra los caballeros ladrones. Con el campo prácticamente en todas partes en manos de los nobles, a lo largo de la Alta Edad Media se formaron con frecuencia estas hermandades por leguas de ciudades para proteger los caminos que las conectaban. Las hermandades fueron cooptadas ocasionalmente con fines dinásticos. Actuaban en cierta medida como las cortes fehmistas de Alemania. Entre las más poderosas estaba la liga de los puertos del norte de Castilla y de Euskadi, la Hermandad de las Marismas: Toledo, Talavera y Villa Real.