La contaminacion de los oceanos
Oceana
Una preocupación especial es la escorrentía de nutrientes (nitrógeno y fósforo) procedentes de la agricultura intensiva, y el vertido de aguas residuales no tratadas o parcialmente tratadas a los ríos y posteriormente a los océanos. Estos nutrientes de nitrógeno y fósforo (que también están contenidos en los fertilizantes) estimulan el crecimiento del fitoplancton, que puede proporcionar más alimento a otras formas de vida marina, pero en exceso pueden dar lugar a floraciones de algas nocivas (eutrofización) que pueden ser perjudiciales tanto para los seres humanos como para las criaturas marinas. Estas floraciones se producen de forma natural, pero pueden aumentar como resultado de los aportes antropogénicos o, alternativamente, pueden ser algo que ahora se vigila más de cerca y, por lo tanto, se informa con más frecuencia[3]. Una segunda preocupación importante es que la degradación de las floraciones de algas puede conducir al agotamiento del oxígeno en las aguas costeras, una situación que puede verse exacerbada por el cambio climático, ya que el calentamiento reduce la mezcla vertical de la columna de agua[4].
Muchas sustancias químicas potencialmente tóxicas se adhieren a partículas diminutas que luego son absorbidas por el plancton y los animales bentónicos, la mayoría de los cuales se alimentan de depósitos o se alimentan por filtración. De este modo, las toxinas se concentran en sentido ascendente dentro de las cadenas alimentarias oceánicas. Cuando los plaguicidas se incorporan al ecosistema marino, se absorben rápidamente en las redes alimentarias marinas. Una vez en las redes alimentarias, estos plaguicidas pueden causar mutaciones, así como enfermedades, que pueden ser perjudiciales para los seres humanos, así como para toda la red alimentaria. Los metales tóxicos también pueden introducirse en las redes alimentarias marinas. Estos pueden causar un cambio en la materia de los tejidos, la bioquímica, el comportamiento, la reproducción y suprimir el crecimiento en la vida marina. Además, muchos alimentos para animales tienen un alto contenido de harina o hidrolizado de pescado. De este modo, las toxinas marinas pueden transferirse a los animales terrestres y aparecer posteriormente en la carne y los productos lácteos.
Derrame de petróleo
La acumulación de plástico en nuestros océanos y playas se ha convertido en una crisis mundial. Miles de millones de kilos de plástico se encuentran en remolinos que constituyen alrededor del 40% de la superficie de los océanos del mundo. Al ritmo actual, se espera que el plástico supere a todos los peces del mar en 2050.
La contaminación por plásticos tiene un efecto directo y mortal sobre la vida silvestre. Miles de aves y tortugas marinas, focas y otros mamíferos marinos mueren cada año tras ingerir plástico o enredarse en él. La fauna silvestre en peligro de extinción, como las focas monje de Hawái y las tortugas bobas del Pacífico, se encuentran entre las casi 700 especies que comen y quedan atrapadas en la basura plástica.
Es hora de atacar la raíz de esta crisis oceánica. El Centro ha solicitado a la Agencia de Protección Medioambiental que empiece a regular los plásticos como contaminantes y está trabajando para detener la contaminación por plásticos en su origen, antes de que tenga la oportunidad de llegar al océano.
En la primera década de este siglo, hemos fabricado más plástico que todo el plástico de la historia hasta el año 2000. Y cada año, miles de millones de kilos más de plástico acaban en los océanos del mundo. Los estudios estiman que ahora hay entre 15 y 51 billones de piezas de plástico en los océanos del mundo, desde el ecuador hasta los polos, desde las capas de hielo del Ártico hasta el fondo del mar. No hay ni una milla cuadrada de superficie oceánica en ningún lugar del planeta que esté libre de contaminación por plástico.
Conservación de los océanos…
Los océanos, que representan el 70% de la superficie de nuestro planeta, desempeñan un papel fundamental en la salud de nuestro planeta y de quienes lo habitan. Por desgracia, nuestros océanos están contaminados. Según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, cada año entran en nuestros océanos miles de millones de kilos de basura y otros contaminantes.
Hay muchas causas de la contaminación de los océanos. De todos los hechos, hay una constante: la mayor parte de la contaminación de nuestros océanos comienza en tierra y es causada por los seres humanos. Estas son algunas de las principales causas de la contaminación marina:
La contaminación de fuentes no puntuales proviene de una variedad de lugares y fuentes diferentes. El resultado es la escorrentía, que se produce cuando la lluvia o la nieve trasladan los contaminantes del suelo al océano. Por ejemplo, después de una fuerte tormenta, el agua fluye desde las carreteras hacia el océano, llevando consigo el aceite que dejan los coches en las calles.
En algunas zonas del mundo, las fábricas liberan residuos tóxicos en el océano, incluido el mercurio. Aunque se vierte intencionadamente en el mar, las aguas residuales también contribuyen a la contaminación del océano, así como los productos de plástico. Según Ocean Conservancy, ocho millones de toneladas métricas de plástico van a parar a nuestros océanos cada año.
Retroalimentación
> La sociedad humana genera inevitablemente inmensas cantidades de residuos derivados de la producción y utilización de alimentos, así como de bienes industriales y de consumo. Una cantidad considerable de estos residuos acaba llegando a los océanos. Afortunadamente, la contaminación por petróleo ha ido disminuyendo en los últimos años. Pero el aumento de la carga de nutrientes y contaminantes y el ensuciamiento general de los océanos son una causa creciente de preocupación
> Los ríos transportan a los océanos nutrientes agrícolas y aguas residuales sin tratar. En muchas zonas esto provoca una proliferación masiva de algas. En algunas regiones se alteran hábitats enteros. Los esfuerzos por reducir la inundación de nutrientes han tenido éxito en algunas partes de Europa, pero la situación está empeorando en todo el mundo.
> Desde hace tiempo se sabe que determinadas toxinas se acumulan en el entorno natural y en los organismos vivos, causando daños a la salud. Por ello, el uso de muchas de estas sustancias químicas está ahora prohibido. Sin embargo, con frecuencia se detectan en el medio ambiente nuevas sustancias tóxicas que no fueron reconocidas inicialmente como una amenaza. Los compuestos polifluorados (PFC) son un ejemplo actual. Todavía no hay solución a este problema