“Las empresas y organizaciones de la economía social son actores económicos y sociales presentes en todos los sectores de la sociedad, que se crean para satisfacer las necesidades de los ciudadanos. Se caracterizan sobre todo por su finalidad: una forma diferente de hacer negocios que asocia continuamente el interés general, el rendimiento económico y el funcionamiento democrático.”
Sin embargo, la economía social puede definirse generalmente siguiendo los valores y principios mencionados. En algunos países, se utilizan términos como economía solidaria, tercer sector o tercer sistema para describir un enfoque diferente de la actividad empresarial.
REVES se fundó porque las autoridades locales y la economía social de diferentes Estados miembros de la UE y países vecinos comparten la creencia de que la asociación entre ambos actores, en comparación con las asociaciones público-privadas tradicionales, tiene un valor añadido.
La economía social persigue objetivos similares a los de una autoridad local. Las actividades económicas se basan en los principios de inclusión social, antidiscriminación y desarrollo local sostenible. La participación de los empleados y los beneficiarios en sus procesos de toma de decisiones es un elemento clave en la creación y el funcionamiento de la economía social.
Definir la economía social no es una tarea fácil, porque incluye una gran variedad de actores, entre el sector privado (empresas) y el público (gobierno). Incluye organizaciones como cooperativas, organizaciones sin ánimo de lucro y organizaciones benéficas. En la interpretación adoptada por la Comisión Europea, las empresas y organizaciones de la economía social son actores económicos y sociales activos en todos los sectores de la sociedad; se crean para responder a las necesidades de las personas.
Se caracterizan principalmente por combinar el interés general, el rendimiento económico y el funcionamiento democrático. La economía social es un recurso importante porque trata de alcanzar nuevas soluciones para los problemas (sociales, económicos o medioambientales) y de satisfacer necesidades que han sido inadecuadamente satisfechas por los sectores privado o público. Al utilizar soluciones para alcanzar objetivos no lucrativos, la economía social tiene un papel único en la creación de una sociedad fuerte, sostenible, próspera e inclusiva.
Según la Comisión Europea, la economía social es un tercer sector entre las economías privadas y públicas. Es una parte importante de la economía europea que no tiene como objetivo el beneficio para los inversores. La economía social incluye cooperativas, mutualidades, asociaciones sin ánimo de lucro, fundaciones y empresas sociales.
En términos generales, una cooperativa está al servicio de sus miembros, mientras que una OSAL está al servicio de la comunidad. Los miembros de una cooperativa suelen hacer un uso regular de sus bienes o servicios. Pueden ser usuarios o clientes de los bienes o servicios ofrecidos, o trabajar en la cooperativa. Existen diferentes tipos de cooperativas: de trabajadores, de productores, de consumidores, de solidaridad o de socios trabajadores. Las OSAL son más flexibles y suelen tener una estructura menos formal.
El plan de empresa es una herramienta que permite al empresario estructurar su proyecto. Este plan se desarrolla identificando la misión de la empresa, la visión y los valores de los empresarios, la oferta de productos o servicios, el análisis del mercado, el análisis de la competencia, la estrategia de marketing, las previsiones financieras, etc.
Cuando se quiere poner en marcha un negocio, es importante conocer los pasos a seguir. No es necesario tener un título universitario en administración de empresas ni una enorme cuenta bancaria para tener éxito. Todo lo que necesitas es una buena idea, un buen plan y la motivación para alcanzar tus objetivos.
La Ley define la Economía Social como un conjunto de actividades empresariales y económicas que se desarrollan, dentro del ámbito privado, por instituciones que persiguen un interés económico o social general (o ambos) de acuerdo con los siguientes principios
– Las personas y el objetivo social tienen prioridad sobre el capital. Esto se traduce en una gestión empresarial autónoma y transparente, democrática y participativa, en la que la toma de decisiones prioriza a las personas y su contribución al trabajo y a los servicios que ofrece la institución o al objetivo social sobre su aportación al capital social.
– Los beneficios obtenidos de la actividad económica se distribuyen principalmente en función del trabajo aportado o del servicio o actividad realizada por los socios o miembros en relación con el objetivo social de la institución.
– Fomentar la solidaridad interna y social, promover el compromiso con el desarrollo local, la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, la cohesión social, la integración de personas en riesgo de exclusión, la generación de empleo estable y de calidad, la conciliación de la vida laboral y familiar y la sostenibilidad.