El cheque de pago de los trabajadores mexicanos de la industria manufacturera contendrá una serie de deducciones familiares para los contables estadounidenses: impuestos federales, seguro médico, seguridad social, cuotas sindicales y cuentas individuales de jubilación
Pero entre las deducciones habituales hay una que será inusual para los extranjeros que contemplan la posibilidad de fabricar en México. Se trata del “INFONAVIT”. Estas siglas corresponden al Instituto Nacional para el Fomento a la Vivienda para Trabajadores.
Esta entidad federal mexicana fue creada para velar por la vivienda de los trabajadores mexicanos, en su mayoría de los estratos medios y bajos de asalariados, y exige a los empresarios que aporten un porcentaje del salario por hora -actualmente el cinco por ciento- a un fondo que respalda la construcción de viviendas para los trabajadores. Bajo este plan, los empleados pueden acceder a un préstamo hasta un monto determinado en un desarrollo acreditado por el INFONAVIT.
El fondo, que existe desde 1972, ha beneficiado a unos nueve millones de familias, según datos recientes. El INFONAVIT financió 430 mil viviendas en 2011, el 90 por ciento de su objetivo. El fondo diseña, financia y luego contrata fraccionamientos enteros del INFONAVIT, creando una dinámica inusual de que los trabajadores mexicanos de una fábrica sean vecinos después del trabajo, también.
La pandemia ha provocado un aumento de los plásticos de un solo uso, con máscaras, guantes y otros equipos de EPI desechables que llegan sin cesar a las playas de todo el mundo. Si actuamos ahora para abordar el urgente problema de la contaminación por plástico, éste podría ser un momento crucial en la lucha por unos océanos más limpios, escribe Howard Angel, ecologista marino
La vivienda privada en México era un problema importante a principios de los años setenta. Los miembros más pobres de la sociedad estaban restringidos, sin acceso a hipotecas y sin ahorros para construir casas sólidas y un futuro. Esto motivó el decreto constitucional de 1972 que fundó el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit).
Bajo este esquema, los trabajadores del sector privado mexicano deben aportar hasta el cinco por ciento de su nómina al Fondo Nacional de la Vivienda, que es utilizado por el Infonavit para otorgar una serie de hipotecas y productos financieros a los trabajadores de bajos ingresos, a tasas de interés competitivas. Los empleados con acceso a los fondos del Infonavit han sido el segmento de más rápido crecimiento para la compra de vivienda en la última década, y el instituto prevé que suministrará 3,3 millones de nuevas hipotecas entre 2013 y 2017; lo que permite un gran margen para el cambio social y el desarrollo en la zona.
Aún tambaleándose por la reciente crisis que sacudió a los principales constructores de viviendas de México, el sector inmobiliario del país sigue expandiéndose a pesar de los desafíos. La resolución del fallido modelo de desarrollo de viviendas, que pretendía ampliar la disponibilidad en la periferia de la capital, está impulsando ahora el desarrollo de viviendas más cerca de los distritos centrales de Ciudad de México. Las nuevas medidas e incentivos del gobierno para reorientar la estrategia nacional de vivienda prometen inyectar energía al sector.
Lejos de la tímida expansión de la construcción de viviendas, otros segmentos de la actividad inmobiliaria, como el comercial, el de oficinas y el industrial, se están beneficiando de la inversión extranjera directa. El crecimiento de los fideicomisos de inversión inmobiliaria (REITs) en México ha establecido un sólido vehículo para atraer a los inversores institucionales al mercado, aportando grandes sumas de inversión y aumentando la competencia tanto para el desarrollo como para la adquisición de los mejores productos inmobiliarios del país. Del mismo modo, el continuo crecimiento de la base industrial de México, combinado con los vigorosos esfuerzos del gobierno para desarrollar aún más la infraestructura de transporte y logística, están ayudando a estimular la demanda de bienes raíces industriales, especialmente en las principales ciudades del norte como Tijuana, Ciudad Juárez y Monterrey.
Fonacot
Las empresas que están llevando a cabo la debida diligencia relacionada con la ubicación de una planta de fabricación en México, sin duda, se encontrarán con el nombre del “Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores”. El INFONAVIT es un organismo federal creado en 1972 para otorgar créditos para la vivienda de los trabajadores en México a los empleados de las maquiladoras y otras personas empleadas en el sector formal de la economía del país.
Al establecerse en México, las empresas están obligadas por la constitución nacional, (artículo 29 fracción II de la Ley del Instituto del Fondo Nacional, específicamente), a registrarse tanto ellas como sus trabajadores ante el INFONAVIT. Las obligaciones administrativas establecidas por el organismo federal de vivienda prescriben que los trabajadores recién contratados deben ser incorporados a los padrones del INFONAVIT dentro de los cinco días hábiles siguientes a que hayan comenzado a prestar sus servicios a su nuevo empleador. Asimismo, el patrón debe dar aviso a los funcionarios del INFONAVIT dentro de los cinco días siguientes a la baja del trabajador, para que éste